Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta al momento de efectuar un diseño, debe ser el objetivo y el grado de profundidad que se quiere abordar. Teniendo claro este punto, puede definirse hasta cuál nivel de diseño llegar: Visceral, de comportamiento o reflexivo.
De acuerdo con los niveles de procesamiento de los humanos, es de gran importancia el nivel de profundidad al que deseamos llegar. Si el objetivo es llamar la atención y generar un ambiente atractivo y de confort; ya sea visual, emotivo o auditivo, sin entrar en el detalle del contenido o funcionalidad: El nivel al que debemos llegar sería el visceral.
En la medida que requerimos de mayor grado de detalle para cautivar a un usuario, debemos implementar las técnicas y aspectos de un siguiente nivel. Si la estrategia es de mejoramiento o innovación, que contemplan aspectos de funcionalidad, comprensión, usabilidad y sensaciones físicas; combinados entre sí, con el objetivo de ofrecer un mayor grado de satisfacción en el usuario.
Si, al momento de la presentación del diseño de algo cuya funcionalidad y/o finalidad ya existe en el mercado, estaríamos utilizando una estrategia de mejoramiento, pero si el diseño corresponde a una propuesta totalmente nueva que permite hacer cosas de una forma novedosa y diferente o permite hacer aquellas funciones que antes no podían hacerse. Para este tipo de necesidades el nivel de diseño que mejor se ajustaría sería el de Comportamiento.
Para implementar un nivel de diseño adecuado para un objetivo específico, es de gran relevancia tener en cuenta que va dirigido a seres humanos, cuyas emociones siempre están involucradas, consciente o inconscientemente, en su forma de percepción de las situaciones. Teniendo claro lo anterior y la forma en que asociamos esas sensaciones a través de neurotransmisiones al cerebro, dentro de nuestro proceso cognoscitivo, que genera en nosotros, reacciones de impacto emocional inmediato que se traducen en el cuerpo, como señales de alerta ante el peligro y alto grado de concentración con prohibición de distracciones, o reacciones de atracción y bienestar que se traducen en el relajamiento de muscular, con mayor disponibilidad a recibir y asimilar mayor información.
Con el conocimiento de nuestro comportamiento y reacciones a estímulos externos, como parte de nuestros niveles de procesamiento: visceral, de comportamiento y reflexivo. En donde, claramente, hemos evolucionado dos niveles más que los animales, que llegarían solamente al nivel visceral. A diferencia del hombre que además de recibir un impacto inicial, puede asimilar las funcionalidades y la forma en que se desarrollan sus consecuencias, a través de un procesamiento de comportamiento y de acuerdo con este aprendizaje, modificar su comportamiento para una evolución a través del procesamiento reflexivo. Podemos diseñar con estos objetivos, prediciendo comportamientos para lograr que a través del conocimiento y comprensión del usuario, se logre llegar hasta un nivel reflexivo, que permita combinar todos los aspectos de impacto, aprendizaje, conocimiento y asociación e identificación con una marca, producto o servicio.
La estrategia con la que más me identifico es con la de innovación, para el caso de abordar el diseño a nivel de comportamiento, porque lograr hacer las cosas de forma totalmente diferente y exitosa, o lograr cosas que antes no habían sido posibles, es un agente diferenciador de alto grado de impacto, competitividad y efectividad, que nos permitiría llegar con mayor éxito al siguiente nivel de reflexividad, en donde el usuario tendrá mayor disposición de integración de los aspectos de diseño contemplados en los tres niveles que identifican como único e innovador, a un producto o servicio.
Texto Original: Eliana Hernandez.